La presentación y ejecución.

 

LA PRESENTACION

Este es el hecho de hacerlo llegar hasta las Administraciones u otros financiadores de donde se espera obtener financiación. Se está convirtiendo en practica habitual que las ONGs dispongan de uno o varios de proyectos ya elaborados, aunque susceptibles de modificación a instancias del donante, con los que acudir a distintos de organismos que pudieran hacer frente a una subvención. Con las presentaciones se inicia el tiempo de la espera, por lo general varios meses, que suele utilizarse para ajustar la siguiente etapa. Damos por supuesto que se obtiene la financiación solicitada y así podemos seguir con el ciclo del proyecto, si bien hay que reconocer que el porcentaje de proyectos admitidos es pequeño con relación a los miles de presentados. Es una mala practica de los Financiadores que se rebaje alguna cantidad de las presupuestadas, por cierta desconfianza en la veracidad de los presupuestos del proyecto, a lo que es correspondido -ante los recortes presupuestarios que los Financiadores llevan a cabo sobre todo en ciertas partidas-, por los presentadores inflando los costos de otros conceptos con el fin de equilibrar los montos totales, generándose un circulo vicioso, que no beneficia a nadie.

Nos quedábamos a la espera de que sea concedida la financiación y los recursos y apoyos solicitados. Mientras confirman la concesión, pasa un tiempo muy valioso para -de nuevo con las bases y los agentes disponibles para actuar, y suponiendo que se cuenta con los medios y recursos necesarios para la puesta en acción del proyecto-, redefinir el plan estratégico, los plazos y la articulación de todos los elementos y factores que van a ponerse en marcha para conseguir la máxima eficacia de la Acción. A todo ese proceso se denomina Programación.

LA PROGRAMACIÓN

Después de que ha sido identificada y programada la Acción, y tras reunir los medios humanos, materiales y financieros para realizarla, comienza su puesta en ejecución que, junto a sus circunstancias, serán el objeto del seguimiento. En la larga etapa de la ejecución, el proyecto se convierte en acción. Quizás bastase con decir que se trata, en esta fase, de realizar, de hacer real, de poner en práctica lo programado, siempre atentos a la respuesta o reacción que va dando la realidad; el complejo conjunto de factores y elementos que intervienen en la acción que, con ellos y entre ellos, se está poniendo en marcha, conforme lo previsto y calculado por los agentes promotores y ejecutores del proyecto. La ejecución será el momento para ver si es verdadera y responde a lo real de las necesidades y recursos la programación que se haya hecho, que servirá de orientación durante toda esta fase. Para ello hay que destacar dos ejes fuertes de los que depende la eficacia del uso de los recursos en la consecución de los objetivos y finalidad del proyecto, esos dos ejes son: 

• Por un lado, el de las medidas y criterios que fueron utilizados en el cálculo de posibilidades-probabilidades y en el estudio de viabilidadfactibilidad. 

• Por otro, el del ajuste máximo entre la línea de decisiones, dirección y gestión, con la de medios y recursos aplicados a la acción.

 Al pasar de lo escrito a los hechos surgen un sinfín de aspectos a tener en cuenta, precisamente por que el proyecto va a exigir la unión de factores que, anteriormente estaban dispersos y con dificultad de integrarse. Una de las peculiaridades de los estados de marginación, es la parcialización y aislamiento de los factores, de forma que no puedan ni unirse, ni organizarse ni, por tanto, multiplicarse; y la garantía de que los proyectos lleguen a ser unidades de transformación está, fundamentalmente, en que todos los factores se integren y organicen en un sistema superior que supere esa parcialidad y genere sinergias mas allá de la suma aritmética de los factores. Es aquí donde adquiere relevancia insustituible la dirección clara y gestión firme del proyecto que mantendrá la cohesión en la ejecución de la Acción para la transformación. En el proceso de ejecución será el cumplimiento de las directrices y la práctica de las órdenes la que marque la eficacia de la gestión; reconociendo que esa ejecución depende, al menos en parte, de la calidad del factor humano que integra cada proyecto y que se diferencia de todos los demás. Sin embargo, si los instrumentos y mecanismos creados funcionan adecuadamente, hasta el factor humano funcionará con mas eficacia. En la ejecución de un proyecto puede surgir la resistencia al cambio provocado por el propio proyecto que, a pesar de que se basa en la dinamización de los factores, gracias a la influencia del factor externo, inducirá un ritmo de transformación distinto del que venía produciéndose en

LA EJECUCIÓN

el colectivo afectado, de difícil evaluación previa y una vez producido de difícil encauzamiento. En esos casos, serán los proyectos los que deban cambiar o, al menos, modificar su ritmo, para poder seguir siendo validos. Esa resistencia al cambio, aunque en mayor medida, no es sólo de los grupos o personas afectadas -por razones culturales, sociales, etc-, sino de los mismos factores materiales sobre los que incide el proyecto. Una pieza clave para la correcta marcha del proyecto consiste en crear y poner en marcha un mecanismo permanente de medición y evaluación interna tanto del concreto funcionamiento del proyecto en su globalidad y en cada una de sus áreas integradas. Esta auto-evaluación debe hacerse por aquellos que tienen el mayor interés en que el proyecto salga adelante con el máximo de eficacia y rentabilidad de recursos, es decir, los propios afectados y la ONG que lo implementa. Para ello es fundamental que funcione bien un mecanismo de apreciación de todos las aspectos y detalles del proyecto, pero muy especialmente:

 • La participación de la población directamente afectada y su capacidad creciente de comprensión e implicación en la dinámica del proyecto y en su gestión.

 • La respuesta a las necesidades padecidas y sentidas y su grado de satisfacción, más allá de la relación costo/beneficio, pero sin minusvalorarla.

 • La movilización de recursos propios y la capacitación en el dominio y uso de los recursos externos. 

• La coordinación entre diferentes actuaciones del proyecto. 

• La información relevante surgida en la acción del proyecto. 

También se evaluará, por supuesto, el funcionamiento de todas las funciones y tareas programadas. Pero lo importante es que exista ese mecanismo y que sirva para corregir desviaciones, errores o fallos que casi es obligado tener; y, sobre todo, para poder reorientar continuamente la acción de cara a la pretendida consecución de los objetives buscados y que, por la ejecución, se trata de alcanzar. Como condiciones necesarias que todo proyecto tiene en su ejecución y que resultarán favorables para la eficacia del mismo, señalamos fundamentalmente: - Claridad en cuanto a los principios sobre los que giran las decisiones organizativas y de gestión del proyecto. (Aquí resultaría interesante realizar talleres y seminarios para tratar estos temas). - Utilización de un lenguaje común explícito, es decir, que exista una interpretación compartida sobre cada uno de los elementos que componen el proyecto en su expresión práctica (Resultaría de gran utilidad elaborar por escrito pautas, explicaciones sobre las líneas directrices del proyecto, guías, normas o especificaciones generales sobre el contenido de los objetivos a alcanzar, sobre como se califican los problemas sobre los que se actúa, que significado tienen y para qué sirven las instancias organizativas y por qué son instituidas de esa manera las distintas personas e instancias del proyecto).

El órgano de dirección del proyecto. Deberá concretar los siguientes aspectos:

• Competencias de cada participante en el proyecto.

• La coordinación de los que intervengan dentro de cada nivel de actuación, y entre los distintos niveles.

• La supervisión del proyecto.

• La coherencia de criterios.

• La valoración de resultados.

El tipo de información necesaria se formará en función de los tipos o factores de decisión de la ONG responsable:

 - Cuando se trate de un proyecto que se elabora en una institución para ser presentada dentro de la misma, la información necesaria al respecto es conocida por todos.

- Cuando se trate de un proyecto que se formula en una organización o institución que será responsable total o parcial de la ejecución, pero que será presentado por otra entidad ajena a la que elabora el proyecto, conviene:

• Indicar la naturaleza de la organización, su mandato, situación jurídica y administrativa, estructura orgánica y procedimientos administrativos, personal, etc.

• Políticas y prioridades de la organización, relaciones con otras instituciones, etc.

El seguimiento es la fase del ciclo de gestión que acompaña a la ejecución de los proyectos: su finalidad es informar sobre el estado en que se encuentra la ejecución y conocer en qué  medida se están realizando las actividades y, consecuentemente, alcanzando los resultados y objetivos previstos. Estas informaciones permiten, cuando es necesario, introducir modificaciones en la formulación preexistente, para fundamentar las cuales podrán solicitarse determinados juicios valorativos. Seguimiento es la función que mediante la recogida metódica de datos y la fijación de cinco niveles de indicadores expresarán y servirán para comprobar la ejecución; el nivel técnico, el económico, el de funcionamiento, el organizacional y el de utilidad social. Para la buena marcha de estos factores juega un papel central la gestión y, por supuesto, dirección del proyecto. Se trata, como en el caso de la finalización, de una fase que escapa en cierto modo de la ortodoxia metodológica que acompaña a la formulación y a la evaluación,  por ejemplo. En el seguimiento, las opciones que se adopten son más opinables: la doctrina y la experiencia comparada ofrecen un muestrario más amplio de posibilidades.

 

Fdo. Antonio J. Arias

Community Manager

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